miércoles, 26 de octubre de 2011

ITINERARIO (ANTES DE LOS ENSAYOS)

La lectura en orden cronológico de los textos generados a lo largo de “Universos de lo real”, con la que inauguramos los ensayos el día 24, me reveló un itinerario que había hecho de manera inconsciente, siguiendo las directrices de Borja, reemplazándolas a veces por intuiciones, y apartándome de las hipótesis iniciales (sobre las modalidades del documental) para indagar en una epistemología de la mímesis.

Comencé buscando la realidad a pie de calle (las fuentes periodísticas no bastaban). Entrevisté a vendedores de “La Farola” e intenté hacer una transcripción exacta de uno de los diálogos... el más dramático. La conversación fue en inglés… la propia traducción suponía ya una interpretación. Pero la traslación no terminaba ahí. Suprimiendo los tiempos muertos, las repeticiones y las lagunas, la realidad dejó de serlo, aunque la escena, en un código más o menos naturalista se fingía real. Titulé el ejercicio “LA OGRA FILÁNTROPA” pensando en los intentos vanos de los primeros etnógrafos por adentrarse en las culturas africanas. Era verosímil pero no era verdad.
Después de un primer conato llegó la crisis. En mi siguiente ejercicio ponía de manifiesto mi duda acerca del propio objetivo del laboratorio, TEATRO DOCUMENTAL me parecía un binomio imposible, como DEMOCRACIA REAL. Borja dijo que “DETRACCIÓN DE EUCLIDES” (también podría haberse llamado detracción de las matemáticas), donde reflexionaba metateatralmente acerca de aquello específico del teatro con lo que mejorar la comunicación del dato real, era como la crónica de un empeño imposible. Aún así, el texto contenía hipótesis: una vía era dar a las cifras la verdad de la ficción.
Eso es lo que hice, con mayor o menor suerte, en “WORKAHOLIC”, donde alterno una píldora de una noticia real sobre el aumento de la adicción al trabajo, con una píldora de ficción, un cuento brevísimo sobre una ejecutiva  que sólo libraba un día de siete, y ese día, se sentía la más desgraciada. El ejercicio me satisfizo muy poco. De hecho, lo guardé en un cajón. Me parecía frío e impersonal… cuando lo que yo espero del teatro documento es cierta agitación social.
Tomé la siguiente vía que planteaba en “DETRACCIÓN DE EUCLIDES” consistente, no sólo ficcionalizar el dato real, sino en hacer un primer plano. Mostrar una voz… hacer una confesión privada que tenga resonancias en lo público. En “CONTRA LOS DISCURSOS Y LAS REPRESENTACIONES DE LAS SEÑORES DE LA VANIDAD” coexistía el discurso de un personaje-dramaturgo con el collage de materiales reales extraídos del boletín de ACNUR y de VANIDAD, una revista de tendencias. Cuando lo leí, yo misma sentí mucho asco. Hay algo maniqueo en ese texto que lo hace perturbador. Víctor Velasco, el director, compartió la sensación. A los dos nos parecía “peligroso” ponerlo en escena… la posibilidad de resquebrajar la ideología que nosotros, en tanto que autores, compartimos con el público objetivo de Cuarta Pared.
Creo que “LINFOJOBS”, que asociaba la idea de linfoma y capitalismo, era una síntesis de todas las texturas anteriores. Borja me había invitado a buscar la realidad en la antiteatralidad. Viajé del naturalismo inicial de la “LA OGRA FILÁNTROPA” a una antiteatralidad, que no era verosímil y sin embargo era verdad, y me salía muy de dentro, como un vómito. A estas alturas ya no sé diferenciar noticiario diario de diario noticiario. La subjetividad me parece lo único que puedo aportar al dato real. Quizá los reportajes de “PREPARADOS” son más legibles que cualquier noticia sobre la crisis porque están contados en primera persona. Frente a los telediarios o periódicos, donde la subjetividad se invisibiliza mediante un “grado de escritura cero”, quizá lo honesto sea  la propaganda, la arenga… o la autoría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario